En 1933, compraron el Fundo de Cancura, en la provincia de Osorno, donde además de los
trabajos agrícolas, instalaron una Pulpería, que surtía la villa y los fundos de los alrededores. Cuando los hijos crecieron, Edmundo y Alex se fueron internos a Valdivia. Marlis y Clina fueron matriculadas en
el Internado del Colegio Inmaculada Concepción de Osorno. La familia creció en Cancura, en compañía de sus amigos y vecinos compartiendo gratas veladas con exquisita comidas preparadas en la tradición alemana
por la Mutti y sus amigas. La juventud disfrutaba los veranos sureños nadando en el río Rahue. En los fines de semanas hacían paseos disfrutando la belleza de los parajes del sur de Chile. También visitaban a la
Tante Lidia en el Lago Ranco o a las Tantes Selma y Amanda (hermanas de la Mutti) en Río Bueno, adonde Marlis y Clina crecieron en compañía de sus primas.
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